La acarodermatitis es una enfermedad cutánea contagiosa y de declaración obligatoria causada por ácaros.

En nuestro país, esta enfermedad es más conocida como sarna.

Los ácaros de la sarna son parásitos de la piel, de unos 0,2 a 0,4 mm de tamaño, y pertenecen al género de los arácnidos.

Infestan principalmente las zonas calientes de la capa superior de la piel del cuerpo.


Los ácaros se alimentan del líquido celular, la linfa y las células de la piel de los seres humanos.


Los parásitos ponen hasta tres huevos y heces al día en la capa córnea de la piel.

Al cabo de unos días, las larvas eclosionan y migran a la superficie de la piel.

Al cabo de unas 2-3 semanas, las larvas se convierten en los ácaros sexualmente maduros.

La vida de las hembras dura entre 30 y 60 días.

Fuera del cuerpo humano, pueden sobrevivir a temperatura ambiente entre 1 y 4 días.

La transmisión se produce, entre otras cosas, por contacto físico directo, así como por compartir sábanas, toallas, ropa, juguetes y similares.

El periodo de incubación es de días a semanas.

Lo más frecuente son partes del cuerpo como

  • Muñecas
  • Intersticios de dedos de manos y pies
  • Codos
  • Región axilar
  • Rodilla
  • Ombligo
  • Ingle y zona genital

afectada.

 

Los síntomas típicos son

  • picor intenso (sobre todo por la noche)
  • pequeñas pústulas
  • entradas visibles de ácaros
  • inflamaciones cutáneas escamosas de color gris
  • inflamaciones escamosas de la piel
  • piel arañada

Los ácaros, sus cuerpos en descomposición y sus excreciones desencadenan una reacción alérgica en los seres humanos con erupción cutánea y picor intenso. El picor provoca llagas, que a su vez pueden ser puntos de entrada de otras enfermedades infecciosas, como las infecciones de transmisión sexual.

Profilaxis:

  • evita el contacto corporal directo
  • buena higiene
  • Cambia la ropa de cama y la ropa a diario y lávalas a 60°C o más
  • Aspira a diario las alfombras y los muebles cubiertos de tela o llévalos a la tintorería

 

La sarna debe tratarse siempre con medicina convencional y es de declaración obligatoria en la mayoría de los países europeos