¿Qué es el acné?

El acné, también conocido como acné vulgar, es una de las enfermedades de la piel más comunes en todo el mundo. Entre el 70 y el 95 por ciento de todos los adolescentes en la pubertad padecen acné. Por término medio, los chicos se ven afectados por el acné con más frecuencia y gravedad que las chicas. Los cambios inflamatorios de la piel causados por el acné son visibles en forma de granos, espinillas, pústulas y piel grasa. El acné es especialmente frecuente en la cara, el cuello, el escote y la parte superior del cuerpo. En algunos casos, el acné también puede aparecer bajo las axilas, en la zona genital, las nalgas o la ingle. Esta enfermedad de la piel suele remitir por sí sola después de la pubertad. Según la gravedad, entre el 15 y el 30 por ciento de los pacientes necesitan tratamiento médico.

¿Qué causa el acné?

Mientras que el sebo, el sudor y otras sustancias se excretan a través de los poros normales de la piel, el acné se caracteriza por un aumento de la formación de sebo (seborrea) y suele ir acompañado de un trastorno de cornificación de los folículos de las glándulas sebáceas. Las células muertas de la piel del folículo sebáceo bloquean la salida del folículo. Como resultado, el sebo no puede penetrar en la superficie de la piel y se acumula en el folículo sebáceo. El resultado es el llamado tapón córneo sebáceo, una excrecencia cutánea del color de la piel y del tamaño de la cabeza de un alfiler. Es un caldo de cultivo ideal para las bacterias, en el que se acumula pus.

¿Qué contribuye al desarrollo del acné?

Los médicos creen que hay muchos factores internos y externos que pueden contribuir al desarrollo del acné. Entre ellos están

  • factores hereditarios, que desempeñan un papel en el desarrollo del acné que no debe subestimarse,
  • un ciclo menstrual irregular, así como los embarazos, pueden influir en el curso del acné,
  • el clima, así como la humedad y la radiación UV, pueden influir en el acné,
  • numerosos medicamentos pueden provocar acné o empeorar el aspecto de la piel,
  • los factores psicológicos, como el estrés, pueden influir en el curso de la enfermedad,
  • las hormonas sexuales masculinas (andrógenos), los lípidos de la piel y los neuropéptidos reguladores intervienen significativamente en el desarrollo del acné,
  • en algunos pacientes, la dieta puede influir en la enfermedad: una dieta predominantemente rica en azúcar e hidratos de carbono, así como un elevado consumo de productos lácteos, pueden empeorar la afección cutánea debido a una elevada liberación de insulina. Sin embargo, según el estado actual de la investigación médica, no existen consejos dietéticos precisos para el tratamiento del acné.

¿Cómo se distingue el acné de las manchas?

El aspecto cutáneo típico del acné se caracteriza por pequeñas pústulas (granos), puntos negros (comedones), protuberancias cutáneas enrojecidas (pápulas), ampollas más grandes llenas de pus (pústulas) y/o piel grasa. Esta última se debe a la sobreproducción de las glándulas sebáceas. La piel brilla aceitosa y forma más puntos negros y granos debido a la obstrucción de los poros de las glándulas sebáceas. Pero el engrosamiento de la capa superior de la piel (capa córnea), que va acompañado de un ensanchamiento de los poros de la piel, también es un signo típico del acné.

¿Cómo se trata el acné?

En la mayoría de los casos, no es necesario ningún tratamiento porque el acné desaparece por sí solo después de la pubertad. Sin embargo, en una mayoría sobre todo de mujeres, el acné puede persistir más allá de los 25 años. Entre el 2% y el 7% de todos los pacientes se quejan también de cicatrices causadas por el acné. Si el acné se combate, por ejemplo, exprimiendo inadecuadamente los granos y espinillas por sí solo, esto puede contribuir a empeorar el aspecto de la piel y a esta cicatrización. Limpiar o desinfectar intensamente la piel, así como ocultarla excesivamente con maquillaje, puede favorecer aún más el acné. Por lo tanto, la paciencia y la perseverancia son, por regla general, la clave del éxito en el tratamiento del acné. Además de suprimir la formación excesiva de sebo, también deben tratarse las infecciones bacterianas, por ejemplo. Además, hay que estimular la regeneración de la piel y eliminar los trastornos de cornificación. Los productos de venta libre ya pueden proporcionar un remedio en este caso. En casos especialmente graves de acné, sin embargo, el médico prescribirá una terapia aguda.

¿A qué debo prestar especial atención en el cuidado del acné?

Los pacientes con acné deben utilizar lociones de lavado, jabones y/o cremas hidratantes con pH neutro. Deben ser a base de agua. Deben evitarse en lo posible las cremas aceitosas o grasas. Los que utilicen maquillaje y protección solar deben asegurarse de que estos productos también sean lo menos grasos posible.

¿Qué se puede hacer con las cicatrices del acné?

El aspecto de las cicatrices del acné puede mejorarse. Según la gravedad de las cicatrices, pueden utilizarse distintos métodos de tratamiento:

  • Operaciones para aplanar los bordes de la cicatriz o socavar sus valles,
  • Tratamiento con láser,
  • tratamiento químico de las cicatrices,
  • Dermatofiller,
  • Microdermoabrasión o microneedling, en el que se rasca superficialmente la piel con finas agujas y se estimula para que se repare a sí misma,
  • Terapia de frío,
  • Tratamiento de presión, que se dice que contribuye a reducir la circulación sanguínea y a ralentizar el metabolismo del tejido del centro.