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La amigdalina: ¿una fuente de esperanza de la naturaleza o un principio activo controvertido?

Teaser: Se habla de la amigdalina como agente natural en la lucha contra el cáncer y de cómo la terapia de frecuencia puede complementar este enfoque.

¿Qué es la amigdalina?

La amigdalina es una sustancia natural que se encuentra principalmente en los huesos de albaricoque amargo, pero también en las almendras, las semillas de manzana y los huesos de melocotón y cereza. Desde el punto de vista químico, la amigdalina pertenece a los llamados glucósidos cianogénicos, sustancias vegetales que pueden liberar ácido cianhídrico en determinadas condiciones.

En el cuerpo humano, la enzima beta-glucosidasa descompone la amigdalina en benzaldehído, glucosa y sustancias similares al cianuro. La liberación de ácido cianhídrico es especialmente crítica en este caso, ya que tiene un efecto tóxico en dosis elevadas, pero en dosis bajas también se dice que se dirige contra las células degeneradas.

La amigdalina y el cáncer: ¿esperanza o riesgo?

La amigdalina, también conocida con el nombre comercial de Laetrile, se popularizó en los años 50 como terapia alternativa contra el cáncer. La teoría subyacente: Las células cancerosas contienen mayores concentraciones de la enzima beta-glucosidasa, lo que significa que la amigdalina podría liberar específicamente ácido cianhídrico en estas células y destruirlas, sin dañar el tejido sano circundante.

Sin embargo, hasta la fecha no existen estudios reconocidos por la medicina convencional que confirmen claramente la eficacia de la amigdalina contra el cáncer. De hecho, muchas organizaciones sanitarias advierten del riesgo potencial de intoxicación por cianuro, sobre todo en caso de dosificación inadecuada o automedicación.

La terapia de frecuencia como enfoque complementario

En medicina de la información, a menudo vemos que cuadros clínicos complejos como el cáncer no son monocausales, sino multifactoriales. Aquí es donde entra en juego la terapia de frecuencia, que entiende el organismo humano como un sistema energético global.

Según la medicina empírica, la aplicación selectiva de frecuencias electromagnéticas, adaptadas a los desequilibrios energéticos individuales, puede ayudar:

  • regular el metabolismo
  • Apoyarlos procesos de desintoxicación
  • modular el sistema inmunitario
  • y cambiar el entorno celular de forma que se debiliten las estructuras patológicas.

En combinación con sustancias naturales como la amigdalina, esto podría dar lugar a efectos sinérgicos, como un efecto más selectivo sobre las estructuras celulares contaminadas o una mejor desintoxicación tras la liberación de los componentes del ácido cianhídrico.

Importante: la terapia de frecuencia no es un sustituto de los tratamientos oncológicos médicamente necesarios, pero puede utilizarse de forma complementaria para mejorar la calidad de vida y promover la regeneración.

Experiencia práctica

En NLS Informationsmedizin GmbH de Lilienfeld, hemos observado lo siguiente con el uso complementario de la terapia de frecuencia

  • mayor vitalidad en pacientes oncológicos
  • mejor tolerancia de las terapias médicas convencionales (por ejemplo, la quimioterapia),
  • y reacciones subjetivas positivas de pacientes que también utilizan sustancias naturales como la amigdalina.

Trabajamos siempre de forma individualizada: los patrones de frecuencia, las intensidades y los intervalos terapéuticos se adaptan a cada paciente.

Situación legal y seguridad de uso

La amigdalina no está autorizada como medicamento en muchos países, como Austria y Alemania. Sólo puede estar contenida en ciertos complementos alimenticios en concentraciones muy bajas. Por tanto, sólo debe tomarse bajo supervisión experta, especialmente en caso de enfermedades oncológicas.

Conclusión: la amigdalina en el contexto de la terapia integral del cáncer

La amigdalina sigue siendo una sustancia natural controvertida pero fascinante en el contexto de los enfoques alternativos del cáncer. Aunque las instituciones médicas convencionales advierten de sus efectos tóxicos, muchos pacientes informan de mejoras subjetivas. En combinación con la terapia de frecuencia dirigida, la amigdalina puede ser un componente valioso en un concepto terapéutico individualizado, siempre que se proporcione apoyo profesional y ajuste energético.

Nota: La terapia de frecuencia no está reconocida por la medicina convencional. No sustituye al diagnóstico ni al tratamiento de un médico o profesional alternativo. El contenido de este artículo es meramente informativo.