¿Qué es el cáncer de células renales?

El cáncer de células renales es un cáncer de riñón y suele denominarse también carcinoma de células renales o cáncer de riñón. En casos extremadamente raros, los niños también pueden desarrollar cáncer de células renales. En estos casos concretos, los médicos hablan de tumor de Wilms o nefroblastoma. En Alemania, cada año desarrollan cáncer de células renales unas 5.360 mujeres y 9.280 hombres. Como el cáncer de células renales apenas causa síntomas, sobre todo en una fase temprana, la enfermedad suele descubrirse por casualidad. Dependiendo de si el cáncer está localizado o ya ha hecho metástasis, se extirpa quirúrgicamente o se trata con terapia dirigida o inmunoterapia. La tasa de supervivencia a 5 años tras el diagnóstico de cáncer de células renales es de aproximadamente el 77%.

¿Cuál es la función del riñón en el organismo humano?

El riñón está situado detrás del peritoneo y tiene la importante función de purificar la sangre. No sólo se excretan los productos de desecho del metabolismo a través de los uréteres. El riñón también regula el equilibrio de líquidos y sales, así como el equilibrio ácido-base del cuerpo humano. Además, el riñón interviene en el metabolismo de la vitamina D y es responsable de la producción de una hormona estimulante de la sangre. Aunque en principio es posible vivir con un solo riñón gracias a los modernos métodos de diálisis, la función renal es esencial para la vida.

¿Qué causa el cáncer de células renales?

El carcinoma de células renales (CCR) de células claras es uno de los tumores renales malignos más frecuentes. Suele desarrollarse a través de un sistema ductal (túbulo proximal). Sin embargo, además del carcinoma de células renales claras, hay un total de más de 50 tumores renales malignos conocidos hasta la fecha. Sin embargo, los médicos aún no tienen claro por qué las células crecen de repente de forma incontrolada y se infiltran en los tejidos vecinos a través de las llamadas metástasis. En consecuencia, no se pueden nombrar claramente los factores de riesgo que favorecen el cáncer de células renales. Sin embargo, el tabaquismo, el sobrepeso (obesidad), la falta de actividad física y la tensión arterial alta (hipertensión arterial), así como el daño renal crónico y/o la insuficiencia renal, son algunos de los factores de riesgo que pueden favorecer el cáncer de células renales. Además, la probabilidad de desarrollar cáncer de células renales es de 2 a 4 veces mayor si un familiar de primer o segundo grado ya lo padece. En casos bastante raros, el cáncer de células renales puede tener su origen en un único gen (síndrome de Hippel-Lindau).

¿Cómo se manifiesta el cáncer de células renales?

El cáncer de células renales suele descubrirse por casualidad, por ejemplo durante una ecografía, ya que no existen exámenes específicos de detección precoz ni el cáncer provoca síntomas en una fase temprana. En raras ocasiones, las personas se quejan de síntomas más bien inespecíficos, como fatiga, pérdida de peso o sudores nocturnos. Normalmente, sin embargo, sólo los tumores renales más grandes causan dolor en la zona del riñón, que puede irradiarse a la espalda. En esta fase también pueden inflamarse los ganglios linfáticos o haber sangre en la orina. Si el cáncer ya se ha extendido a los huesos, algunos pacientes también sufren dolor óseo.

¿Cómo se diagnostica el cáncer de células renales?

Si se sospecha un cáncer de células renales, el médico primero hará la historia clínica del paciente y lo diagnosticará mediante un procedimiento de diagnóstico por imagen, como una ecografía (ultrasonido). Para determinar hasta qué punto ha progresado ya el tumor, se solicitará un ordenador o una tomografía por resonancia magnética. También se puede extraer tejido con una aguja hueca (biopsia), que se examina más detenidamente en el laboratorio y es necesario para planificar el tratamiento posterior, ya que el resultado proporciona información sobre el tipo de tumor, entre otras cosas. Si el médico sospecha que el cáncer ya se ha extendido, se realiza una radiografía de tórax o una gammagrafía esquelética. Así se examinan los pulmones, pero también los huesos.

¿Cómo se trata el cáncer de células renales?

El cáncer de células renales suele extirparse quirúrgicamente. Sin embargo, el requisito previo para ello es que el tumor esté limitado al órgano y aún no haya formado metástasis. Pero el estado general de salud del paciente también desempeña un papel importante en la intervención quirúrgica.

La cirugía no significa que se extirpe completamente el riñón. Según el estadio del cáncer y el tamaño del tumor, sólo se extirpan las células afectadas y se conserva el riñón. A veces esto es posible con la cirugía mínimamente invasiva, en la que el tumor se extirpa a través de pequeñas incisiones en la piel. Un método alternativo a la cirugía consiste en aplicar fuentes de calor o frío al tejido tumoral para destruir o congelar las células cancerosas. Sin embargo, si el tumor es pequeño, puede bastar con observar estrictamente su crecimiento desde el punto de vista médico. A diferencia de muchos otros tipos de cáncer, la quimioterapia y la radioterapia no tienen éxito en el tratamiento del cáncer de células renales.

Tratamiento del cáncer de células renales avanzado

Si, por el contrario, el cáncer de células renales ya está muy avanzado y se ha extendido a metástasis, a menudo los médicos ya no operan, porque el cáncer no puede extirparse por completo. En su lugar, se utiliza un tratamiento farmacológico consistente en una terapia dirigida y una inmunoterapia. El primer tratamiento suele ser una terapia combinada. Dado que el cáncer renal metastásico es incurable, el tratamiento pretende aliviar los síntomas del paciente y mejorar su calidad de vida.