Campos electromagnéticos - Comprender los CEM

Ayudantes útiles en la vida cotidiana

Probablemente tú, como muchas otras personas, ni siquiera has pensado en el hecho de que utilizas numerosos y diferentes aparatos electrónicos en tu vida cotidiana. Si lo piensas detenidamente, son muchos: despertador electrónico, cafetera, tostadora, cocedora de huevos, lavavajillas, cocina, campana extractora, lavadora, secadora, aspiradora, calefacción, aire acondicionado, TV, ordenador y el teléfono móvil no deben olvidarse bajo ningún concepto. En términos sencillos, estos aparatos funcionan con la electricidad de la toma de corriente, pero físicamente se trata de una combinación invisible de energía eléctrica y magnética. Así es como funcionan nuestros aparatos cotidianos, y en pocas décadas han cambiado la vida diaria tal y como la conocemos, o más bien la han enriquecido con sus ventajas.

WLAN, Internet y compañía contra la salud

Hace algún tiempo, Internet móvil y las redes WLAN entraron en nuestras vidas y probablemente también sacudieron tremendamente la tuya. Además de todos los aspectos positivos, también hay que admitir críticas. ¿Qué precio tenemos que pagar por nuestros logros técnicos? Es indiscutible que los dispositivos eléctricos nos ahorran una enorme cantidad de tiempo y trabajo, pero ¿puede su uso ser también perjudicial para nuestra salud? Desde hace décadas, expertos e investigadores debaten de forma controvertida sobre las consecuencias de los campos electromagnéticos. Algunos expresan una enorme preocupación por la salud de los seres humanos. En general, sin embargo, deberíamos abstenernos de "hablar de cosas sin importancia", por lo que primero hay que crear una comprensión básica de los campos electromagnéticos (CEM). Para comprender realmente los efectos negativos de los CEM de las radios móviles, cómo funcionan y los efectos correspondientes sobre el medio ambiente, debes leer el siguiente capítulo con mucha atención.

¿Qué se entiende por campos electromagnéticos?

En pocas palabras, cada campo electromagnético tiene su propia frecuencia individual y existe en muchas formas diferentes. Desde un punto de vista físico, una frecuencia se define por el número de ondas que pasan por un punto determinado en un segundo. La unidad correspondiente recibe su nombre del físico alemán Heinrich Hertz, que vivió en el siglo XIX, y se abrevia como Hz. A menudo oirás relacionar estos términos de la siguiente manera

  • 1000 Hz son 1 kilohercio (Khz)
  • 1 millón de Hz equivalen a 1 megahercio (Mhz)
  • 1.000 millones de Hz equivalen a 1 gigahercio (Ghz)

Fuentes naturales y no naturales

Los campos electromagnéticos pueden ser generados por una fuente natural, como los rayos o la luz solar, o por una fuente artificial, como los routers WLAN, las líneas eléctricas o los hornos microondas. El espectro puede variar desde frecuencias muy bajas (frecuencias extremadamente bajas, abreviado: ELF; 3-300 hercios) hasta radiación gamma con una frecuencia de más de 1022 hercios. En general, los CEM pueden dividirse en dos categorías básicas: radiaciones no ionizantes e ionizantes. Un campo electromagnético ionizante tiene el poder de alterar la estructura de un átomo. También es capaz de eliminar uno o varios electrones de ese átomo. Esto transforma el átomo originalmente neutro en un ion cargado positivamente. Los iones pueden producir radicales libres, lo que los hace muy peligrosos. Los radicales libres son, en términos sencillos, moléculas ionizadas cuya búsqueda de acoplamiento ha sido infructuosa hasta el momento, por lo que podrían deshacerse de su carga. Como resultado, actúan extremadamente en contra del mundo estrictamente ordenado y civilizado de la bioquímica, y en las células, los radicales libres actúan como polvorines andantes.

 

El problema de los radicales libres

En general, los radicales libres no suponen un peligro para la salud de tu organismo. Incluso puede decirse que necesitas una cierta dosis de ellos para mantenerte sano. Sin embargo, si se produce un exceso, puede tener un efecto problemático. Los radicales libres son capaces de atacar tus membranas celulares, proteínas, células madre y mitocondrias. Esto daña tus moléculas complejas y formadas con gran precisión hasta tal punto que ya no pueden serte útiles. Además, tu material genético puede resultar dañado. Este hecho se ha demostrado científicamente y también explica la necesidad de llevar una capa de plomo durante un examen radiológico. Esto protege tu torso porque la irradiación directa de tus órganos debe evitarse por razones de salud.

Radiaciones ionizantes y no ionizantes

Existen distintos tipos de radiaciones ionizantes, siendo las más importantes: Neutrones procedentes de elementos radiactivos como el uranio, partículas alfa, partículas beta, rayos X y rayos gamma. Las partículas alfa y beta son en realidad inofensivas porque pueden neutralizarse con un blindaje muy sencillo, como una hoja de papel o una placa de aluminio. La situación es diferente con los neutrones procedentes de elementos radiactivos, que, como los rayos X y los rayos gamma, son muy penetrantes y pueden causar daños biológicos. Las radiaciones no ionizantes no tienen energía suficiente para producir iones. Por ello, esta radiación se ha considerado segura y biológicamente inocua durante décadas. Desgraciadamente, ahora hay nuevos descubrimientos. Se han podido demostrar mecanismos por los que las radiaciones no ionizantes pueden causar daños a las células vivas.

Las seis mayores fuentes de peligro

¡Hay enormes peligros que acechan en tu casa! No te preocupes, no hay nada absolutamente amenazador, sino aparatos domésticos comunes que sirven como fuentes de radiaciones no necesariamente deseables. Los siguientes aparatos de tu casa producen la inmensa mayoría de la radiación electromagnética total, de la que difícilmente puedes escapar en tus propias cuatro paredes:

 

  • Teléfonos móviles, ordenadores portátiles y tabletas
  • Routers WLAN, teléfonos inalámbricos (DECT)
  • Hornos microondas
  • Dispositivos Bluetooth, por ejemplo auriculares, AirPods, rastreadores de fitness, teclados de ordenador, ratones, impresoras, monitores de bebés, audífonos, altavoces, consolas y mandos de juegos, dispositivos con Amazon Echo o Alexa, todos los dispositivos con "inteligencia artificial", básicamente cada televisor nuevo
  • contadores inteligentes de electricidad, gas o agua

 

Se recomienda que te mantengas a cierta distancia de estos aparatos, porque ten siempre presente la regla empírica: cuanto más cerca estés de los respectivos aparatos, mayor será la exposición.

¿Qué ocurre exactamente con las radiaciones no ionizantes?

Ya se sabe que las radiaciones no ionizantes, aunque sean de bajo nivel, no pueden calificarse de "seguras", aunque algunos expertos sigan afirmando lo contrario. Sin embargo, es cierto que también existen formas inofensivas de radiación no ionizante. Existe la luz que el ojo humano puede detectar y la luz infrarroja. Ambas pertenecen al grupo de las radiaciones no ionizantes e incluso favorecen la salud humana. Los expertos coinciden en que estas formas de luz pueden generar un estado óptimo de salud. Por desgracia, se han hecho enormes esfuerzos una y otra vez para socavar este conocimiento, o para distorsionarlo, o para ocultarlo por completo. Incluso ha habido pruebas fehacientes de que los campos electromagnéticos no ionizantes pueden, no obstante, ser muy perjudiciales para la salud.

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Diferentes efectos sobre el genoma

Por supuesto, ahora te preguntarás cómo es posible que las radiaciones no ionizantes sean a veces útiles y a veces perjudiciales Esto puede parecer muy contradictorio a primera vista, así que merece la pena examinarlo más de cerca. La radiación ionizante penetra en los tejidos de tu cuerpo sin resistencia considerable y genera radicales libres debido a procesos químicos. La radiación ionizante atraviesa el núcleo celular, donde se almacena una parte importante de tu ADN, y puede afectarlo negativamente. Sin embargo, la luz del día también contiene radiación UV, que sirve para promover la vitamina D. Se cree que esta vitamina protege, por ejemplo, contra el cáncer de intestino, de mama o de próstata. Además, la luz solar promueve en general nuestro bienestar, por lo que incluso en los meses oscuros la gente va al solarium. La radiación UV se utiliza incluso en muchos tratamientos terapéuticos de enfermedades. Por otra parte, es fundamental para la salud una quemadura solar adecuada.