La comida rápida no se considera precisamente una contribución a una dieta sana. Ni siquiera los amigos de las hamburguesas, los kebabs, las patatas fritas, la pizza y compañía lo afirman. Las desventajas evidentes de esta forma de alimentación son demasiado grandes cuando se convierte en el componente principal de la dieta diaria.

El asma también es un efecto secundario potencial de la comida rápida

Las consecuencias directas pueden leerse en la balanza todos los días. Por supuesto, porque la comida rápida, al igual que muchos alimentos precocinados, tiene una desventaja decisiva: Suelen tener muchas calorías y contienen muchos ácidos grasos saturados. Los ácidos grasos saturados y las grasas trans no sólo son portadores de calorías, sino que también son metabólicamente activos y pueden promover reacciones inflamatorias. Esta propiedad de los ácidos grasos saturados, a menudo poco tenida en cuenta, también podría ofrecer una explicación a la observación de los epidemiólogos de que los amantes de la comida rápida tienen un riesgo significativamente mayor de padecer asma. Al fin y al cabo, el asma alérgica siempre tiene un componente inflamatorio.
 
Investigadores de China y Australia, por ejemplo, informan en un análisis exhaustivo basado en datos de varios cientos de miles de participantes, que comer más de 3 hamburguesas a la semana se correlaciona con un riesgo significativamente mayor de asma y asma grave. No sólo eso, sino que también para otras enfermedades inflamatorio-alérgicas, como la fiebre del heno, las enfermedades inflamatorias de la piel, la mucosa nasal y la conjuntiva, se encontró una correlación en el análisis de datos entre el consumo de hamburguesas y co. y el riesgo de enfermedad.


Los ácidos grasos saturados aumentan el riesgo de enfermedades alérgicas

Los investigadores descubrieron un aumento del 58% del riesgo de asma y del 43% del riesgo de fiebre del heno. Son diferencias graves que deberían hacer que los amantes de la comida rápida con tendencia a las alergias se plantearan cambiar sus hábitos alimentarios. Pero el estudio también tiene un mensaje positivo: Si los amantes de la comida rápida se limitaban a 1 ó 2 hamburguesas o similares a la semana, en el análisis de los datos no se detectó un aumento del riesgo de enfermedades alérgico-inflamatorias. Y no sólo eso. Incluso el viaje diario a la báscula podría ser literalmente más fácil.

Consejo: Nadie tiene que renunciar por completo a la comida rápida por motivos de salud. Con una dieta por lo demás equilibrada, las hamburguesas y similares pueden comerse con moderación sin riesgo adicional de enfermedades alérgicas respiratorias.