Las enfermedades mentales, como la depresión y los trastornos de ansiedad, están muy extendidas en los países industrializados europeos y probablemente también puedan entenderse como consecuencia de las condiciones de vida en una sociedad industrial moderna. Pueden afectar a cualquiera, incluso a los supuestamente fuertes y poderosos que menos se espera que sufran. Hasta ahora, no está claro en todos sus detalles por qué estas enfermedades están tan extendidas. El hecho es que pueden atribuirse a diversas causas, desde luego no sólo al entorno estresante de las personas. Ahora sabemos que los cambios de humor, la depresión y la ansiedad están causados tanto por factores exógenos como endógenos. En el lado exógeno, se encuentran las influencias psicosociales, como las experiencias traumáticas y el estrés crónico. En el lado endógeno, los factores neurobiológicos desempeñan un papel destacado. Entre ellos se incluyen los cambios en el equilibrio hormonal, así como los cambios en la concentración de sustancias mensajeras neuronales en el cerebro. En los últimos años, los neurólogos han identificado los procesos inflamatorios crónicos como otro factor influyente. Como suelen pasar desapercibidos para médicos y pacientes, durante mucho tiempo se pasaron por alto como otra posible causa o amplificador de los cambios de humor y la depresión.

La inflamación influye en el estado de ánimo

Hoy sabemos, gracias a una intensa investigación neurobiológica, que la inflamación parece desempeñar un papel activo en el desarrollo y la amplificación de los episodios depresivos. Según esto, los procesos inflamatorios neuronales pueden influir en la forma en que reaccionamos a los estímulos exógenos. Como han descubierto los investigadores, promueven reacciones exageradas a la información negativa que llega a las personas desde el exterior. Los cambios en el sistema de recompensa endógeno y en la expresión de síntomas físicos también están asociados a la inflamación. La inflamación, en cambio, parece tener poca influencia en las capacidades cognitivas de los afectados. Además, las investigaciones de los últimos años también nos han dado una idea de cómo la inflamación podría estar relacionada con la depresión a nivel molecular. Según esto, las inflamaciones más pequeñas del cerebro pueden alterar el equilibrio de las sustancias mensajeras neuronales, como la melatonina y la serotonina, y provocar una deficiencia en las terminaciones nerviosas de las células cerebrales. Se ha demostrado que la falta de serotonina en las terminaciones de las células cerebrales, conocidas como sinapsis, es una causa de depresión. Si se corrige la deficiencia de serotonina con determinados fármacos, también mejora la depresión. Los antidepresivos más importantes utilizados actualmente por los médicos funcionan con bastante éxito según este principio de acción. Sin embargo, estos fármacos no pueden inhibir la inflamación subyacente. Si pudieran, se eliminaría una de las causas de la deficiencia de serotonina y, por tanto, también una causa de la depresión. Se han realizado estudios sobre el tratamiento de la depresión con antiinflamatorios como el diclofenaco, el ibuprofeno y otros. Sin embargo, sólo con un éxito muy moderado. Hasta ahora, ninguno de los antiinflamatorios ha sido aprobado para el tratamiento de la depresión. Esto también sería problemático, ya que los antiinflamatorios utilizados habitualmente como medicamentos para el reumatismo pueden ser bastante problemáticos por sus efectos secundarios. Sería mucho más elegante influir en los procesos inflamatorios del cerebro con medios naturales, sobre todo teniendo en cuenta que éstos existen.

Alimentos para el estado de ánimo - Mejorar el estado de ánimo depresivo con alimentos

Numerosos alimentos son antiinflamatorios naturales que podemos utilizar. Entre ellos están la piña, el limón, el pimiento, el tomate, los frutos secos, los aceites vegetales, los pescados grasos y algunos más. Todavía no está claro si todos son igual de útiles como antiinflamatorios naturales, debido a la falta de estudios. Como parte de una dieta sana y equilibrada, son sin duda beneficiosos para la salud, sobre todo porque el riesgo de depresión aumenta al disminuir la calidad de la dieta, al igual que el riesgo de otras enfermedades. En el caso de algunos de estos alimentos, ya existen estudios concretos que abordan la cuestión de si realmente pueden influir positivamente en la depresión en la práctica. Estos estudios también pueden ayudar a establecer un plan dietético antiinflamatorio-antidepresivo. Tales estudios existen para los ácidos grasos omega-3 antiinflamatorios de origen vegetal y animal. Por eso, los buenos aceites vegetales (p. ej., aceite de colza, aceite de linaza) y el pescado graso (p. ej., salmón, caballa) son simplemente parte de una dieta sana que también puede influir favorablemente en los cambios de humor.

Consejo:
De los aceites vegetales comunes, el ácido graso vegetal omega-3 ALA es más abundante en el aceite de linaza, de colza, de nuez y de soja. El aceite de girasol y el de oliva contienen pocos ácidos grasos omega-3. De los pescados comestibles, el arenque, la sardina, el atún, el salmón, la caballa y la anguila contienen la mayor cantidad de ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA). El bacalao y el eglefino los contienen en poca cantidad.

Fuente:
Gałecki P, Talarowska M. Teoría inflamatoria de la depresión. Psychiatr Pol. 2018 Jun 30;52(3):437-447.
Adzic M et al. Estrategias terapéuticas para el tratamiento de la depresión relacionada con la inflamación. Curr Neuropharmacol. 2018 Ene 30;16(2):176-209.
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Deacon G et al. Omega 3 polyunsaturated fatty acids and the treatment of depression; Crit Rev Food Sci Nutr. 2017 Jan 2;57(1):212-223.