¿Qué es un quiste pericárdico?

Un quiste pericárdico se origina en el pericardio y es un tumor benigno del mediastino. Los quistes pericárdicos son bastante raros y suelen localizarse en el ángulo costal diafragmático derecho, muy cerca del lado derecho del corazón. Los quistes pericárdicos en el lado izquierdo del cuerpo son aún más raros. Un quiste pericárdico puede crecer entre 12 y 15 centímetros.

¿Qué formas de quistes pericárdicos se distinguen?

Los médicos distinguen entre un quiste pericárdico congénito y uno adquirido. Mientras que los quistes congénitos también se denominan quistes celómicos, quistes linfangiomatosos (que afectan al diafragma derecho), quistes bronquiales o teratomatosos (tumores benignos), los quistes adquiridos son los causados por parásitos, otras enfermedades tumorales o posthemorrágicas.

¿Cuáles son los síntomas de un quiste pericárdico?

Más de la mitad de los afectados no se quejan de ningún síntoma. Sin embargo, si se trata de un quiste pericárdico grande, puede causar dolor torácico (dolor retroesternal), dificultad para respirar (disnea) y/o dificultad para tragar (disfagia). También puede aparecer angina de pecho (opresión torácica, opresión cardíaca).

¿Cómo se diagnostica un quiste pericárdico?

A menudo, un quiste pericárdico se descubre de forma bastante accidental, sobre todo si es asintomático. Puede sospecharse la existencia de un quiste pericárdico por una radiografía de tórax anormal. Otros procedimientos de diagnóstico por imagen, como una ecografía cardiaca (ecocardiografía), una resonancia magnética (RM) o una tomografía computarizada (TC), pueden confirmar el diagnóstico.

¿Cómo se trata un quiste pericárdico?

Si el quiste pericárdico es asintomático, normalmente sólo se observa al principio (espera vigilante). En cuanto aparecen síntomas, puede considerarse la extirpación quirúrgica del quiste pericárdico. El médico suele poder elegir entre dos métodos, la cirugía torácica y la toracoscopia. La cirugía torácica es un método quirúrgico abierto, que conlleva el riesgo de complicaciones. No es infrecuente que el paciente desarrolle una hemorragia masiva y/o una infección durante la operación. Además, a diferencia de la toracoscopia, el periodo de recuperación es significativamente más largo.

En cambio, la toracoscopia no requiere una gran incisión. Mediante incisiones dirigidas, se introducen sondas en la cavidad torácica y se extirpa específicamente el quiste. El riesgo de hemorragia e infección se reduce al mínimo. Además, el paciente se recupera con relativa rapidez tras una toracoscopia. No hay tratamientos alternativos para un quiste pericárdico.

¿Cuál es el pronóstico de un quiste pericárdico?

Si el quiste pericárdico se trata a tiempo, las probabilidades de recuperación son buenas. Esto es especialmente cierto si el quiste pericárdico puede extirparse por completo. Si, por el contrario, un quiste pericárdico algo mayor que también causa molestias sigue sin tratarse, el pronóstico es malo y puede incluso conducir a un desenlace fatal.

 

 

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