¿Qué es un quiste torácico?

Un quiste torácico es una cavidad llena de líquido en el tejido del tórax. El tórax incluye la cavidad torácica y la pared torácica. Además de los músculos, también incluye órganos vitales como el corazón, los pulmones y la glándula tiroides. Si el quiste está en el pulmón y, por tanto, es un quiste pulmonar, suele estar lleno de aire en vez de líquido. A menudo, un quiste torácico es congénito y, si no provoca ningún síntoma, suele descubrirse por casualidad.

¿Cuáles son los síntomas de un quiste torácico?

Un quiste torácico suele hacerse notar a través de síntomas bastante inespecíficos, como una fuerte necesidad de toser, dificultad para respirar, ronquera, dolor torácico, fiebre o una pérdida de peso no deseada. Como estos síntomas también pueden indicar otras enfermedades, deben ser aclarados por un médico.

¿Cómo se diagnostica un quiste torácico?

Tras anotar los antecedentes médicos y las quejas del paciente, el médico que lo atienda realizará una exploración física. Si se refuerza la sospecha de un quiste torácico, se puede examinar el tórax más de cerca mediante los procedimientos habituales de diagnóstico por imagen. Esto incluye, por ejemplo, una radiografía o una tomografía computarizada (TC) del tórax, que no sólo muestra la localización exacta, sino también el tamaño del quiste. En muchos casos, sin embargo, un quiste torácico se diagnostica por casualidad durante otra exploración necesaria, siempre que no haya causado antes ningún síntoma.

¿Cómo se trata un quiste torácico?

Un quiste torácico suele extirparse quirúrgicamente. Si el quiste ha afectado a todo el lóbulo superior del pulmón, también puede realizarse una lobectomía. Se trata de la extirpación quirúrgica del lóbulo superior del pulmón afectado. A continuación se prescribe una terapia analgésica medicamentosa.

Si, por el contrario, el quiste es más pequeño y puede alcanzarse localmente con facilidad, se realiza un procedimiento mínimamente invasivo. Por ejemplo, puede utilizarse la llamada técnica quirúrgica toracoscópica, en la que se realizan tres o cuatro pequeñas incisiones de unos 3 a 5 milímetros de longitud a través del tórax derecho o izquierdo. A través de estas incisiones, puede introducirse en la cavidad torácica un tubo fino llamado trocar. El trocar también se utiliza para insuflar aire en la cavidad torácica e introducir una cámara para realizar una toracoscopia.

Incluso después de un tratamiento satisfactorio, el paciente debe acudir a revisiones periódicas para detectar y tratar una posible recidiva del quiste torácico en una fase temprana.

 

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